Nació el 15 de agosto del primer año de la era de Keio (1865), en la localidad de Taniai del distrito de Yamagata (Prefectura de Gifu, Japón).
Desde muy temprana edad sintió inquietudes intelectuales y espirituales que le hicieron destacar entre sus compañeros y que le llevaron a viajar a numerosos países en busca del sentido de la vida.
Tras muchos años de aprendizaje durante los cuales adquirió conocimientos en campos muy diversos, comprendió cuál era el fin último de la vida: alcanzar el equilibrio interno “Anshin Ritsumei”, un estado en el que a pesar de los avatares que golpeen a uno, eres capaz de mantenerte en paz. Inició entonces la búsqueda de ese estado de serenidad a través del estudio del Zen.
Durante 3 años practicó Zazen en un templo de Kyoto, pero no le sirvió para alcanzar su meta; no obstante, Usui Sensei nunca se rendía, por lo que sin cejar en su empeño, fortaleció su determinación en alcanzar la meta de su búsqueda.
En marzo de 1922, inició un ayuno en el Monte Kurama (monte sagrado de Japón), decidido a alcanzar la iluminación mediante prácticas espirituales en condiciones de una dureza extrema: no le importaba arriesgar su vida en la persecución de su meta personal.
En la medianoche del vigésimo primer día, le sobrevino finalmente la iluminación: conmocionado sintió el flujo de la Energía Universal vibrando al unísono con su propia energía vital: había alcanzado la comunión con el Universo y con ella, el estado de Satori que tanto había anhelado, integrando en su ser esa paz que nada podría ya perturbar.
Junto con la iluminación, obtuvo también el don de sanar. Usui empleó este don sobre sí mismo y después con sus familiares, descubriendo que los efectos se manifestaban rápidamente.
Durante los meses siguientes, Mikao Usui sentó los fundamentos del método mediante el cual podía sanar, denominándolo Usui Reiki Ryoho y se entregó a la tarea de difundir su enseñanza a tantas personas como fuera posible, pues entendió que el Reiki era un regalo del Universo para compartir con toda la humanidad.
Con ese propósito, fundó el 11 de abril del decimoprimer año de Taisho (1922) la Usui Reiki Ryoho Gakkai, una asociación para la enseñanza y la práctica del método Reiki de curación, y comenzó a enseñar públicamente el método al tiempo que ofrecía sus tratamientos a cuantos los necesitaran.
La labor de Usui Sensei benefició a un número incontable de personas, que se elevaría aún más con su participación en las labores de auxilio a los damnificados del gran terremoto que devastó el área metropolitana de Tokio en 1923.
Pronto, la clínica de Usui Sensei se quedó pequeña ante la gran afluencia de gente en busca de tratamiento y de sus enseñanzas. Como resultado de su creciente fama, comenzó a viajar por las principales ciudades de Japón, para enseñar su método. En el transcurso de uno de estos viajes, le sobrevendría la muerte en una hospedería de Fukuyama, una noche del 11 de marzo del año 1926, a la edad de 62 años.
Desde muy temprana edad sintió inquietudes intelectuales y espirituales que le hicieron destacar entre sus compañeros y que le llevaron a viajar a numerosos países en busca del sentido de la vida.
Tras muchos años de aprendizaje durante los cuales adquirió conocimientos en campos muy diversos, comprendió cuál era el fin último de la vida: alcanzar el equilibrio interno “Anshin Ritsumei”, un estado en el que a pesar de los avatares que golpeen a uno, eres capaz de mantenerte en paz. Inició entonces la búsqueda de ese estado de serenidad a través del estudio del Zen.
Durante 3 años practicó Zazen en un templo de Kyoto, pero no le sirvió para alcanzar su meta; no obstante, Usui Sensei nunca se rendía, por lo que sin cejar en su empeño, fortaleció su determinación en alcanzar la meta de su búsqueda.
En marzo de 1922, inició un ayuno en el Monte Kurama (monte sagrado de Japón), decidido a alcanzar la iluminación mediante prácticas espirituales en condiciones de una dureza extrema: no le importaba arriesgar su vida en la persecución de su meta personal.
En la medianoche del vigésimo primer día, le sobrevino finalmente la iluminación: conmocionado sintió el flujo de la Energía Universal vibrando al unísono con su propia energía vital: había alcanzado la comunión con el Universo y con ella, el estado de Satori que tanto había anhelado, integrando en su ser esa paz que nada podría ya perturbar.
Junto con la iluminación, obtuvo también el don de sanar. Usui empleó este don sobre sí mismo y después con sus familiares, descubriendo que los efectos se manifestaban rápidamente.
Durante los meses siguientes, Mikao Usui sentó los fundamentos del método mediante el cual podía sanar, denominándolo Usui Reiki Ryoho y se entregó a la tarea de difundir su enseñanza a tantas personas como fuera posible, pues entendió que el Reiki era un regalo del Universo para compartir con toda la humanidad.
Con ese propósito, fundó el 11 de abril del decimoprimer año de Taisho (1922) la Usui Reiki Ryoho Gakkai, una asociación para la enseñanza y la práctica del método Reiki de curación, y comenzó a enseñar públicamente el método al tiempo que ofrecía sus tratamientos a cuantos los necesitaran.
La labor de Usui Sensei benefició a un número incontable de personas, que se elevaría aún más con su participación en las labores de auxilio a los damnificados del gran terremoto que devastó el área metropolitana de Tokio en 1923.
Pronto, la clínica de Usui Sensei se quedó pequeña ante la gran afluencia de gente en busca de tratamiento y de sus enseñanzas. Como resultado de su creciente fama, comenzó a viajar por las principales ciudades de Japón, para enseñar su método. En el transcurso de uno de estos viajes, le sobrevendría la muerte en una hospedería de Fukuyama, una noche del 11 de marzo del año 1926, a la edad de 62 años.
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